Qué curioso el que las civilizaciones no empiecen a pudrirse desde la cabeza, sino desde su corazón.

Aimé Césaire, Discurso sobre el colonialismo.

Paisajes, decorados, pinturas, mitologías, construcciones soñadas

Espacios que encierran nuestra memoria y nuestro futuro, como maquinas de viajar en el tiempo. Futuro y pasado, futuro presente, pasado permanente, futuro sin porvenir en el que luchamos por encontrarnos.

Los primeros “descubrimientos” del mundo; la repartición de las geografías y de las riquezas naturales, a través de las colecciones de exotismos, del estudio científico y la divulgación de la historia natural. Esta es una parte de la Historia del mundo que lo intentó cubrir todo, la historia de una Europa otrora todo poderosa que hoy se ahoga.

Natura es un proyecto que dirige su mirada sobre los parques zoológicos.

Estos parques representan la decadencia de un proyecto civilizatorio, de una manera de entender y enfrentar el mundo. Visitando estos espacios, se puede recorrer el pasado, una memoria, una identidad; desde las que se percibe el futuro, como una distopía en la cual nos “protegemos” de nosotros mismos y de nuestra historia.

Estos artificios que reproducen la naturaleza, en los cuales se perciben los seres “salvajes” y exóticos, subrayan la relación ambigua con lo salvaje: relación hecha de repulsión y atracción, de fascinación y aversión. En ellos habita la contradicción, son al mismo tiempo una fuente de vida, pero también de muerte. De una vida enjaulada.

En este contexto, las escenografías son una representación de las existencias salvajes imaginadas. En este proyecto, la fotografía en diálogo con los dibujos de la obra de Buffon, cuestiona estas representaciones, retratando las escenografías de los zoológicos, donde son reducidos los animales a simples apariciones, convirtiéndolos en fantasmas de la Naturaleza, ilusiones de lo “salvaje”. La vida se vuelve un decorado, un dibujo de un libro de historia natural.

Estos espacios son huellas de nuestro tiempo. Vestigios activos, ruinas de una época que parece condenada a desaparecer, en la que al afirmar el peligro de extinción de la fauna y la flora nos coloca frente a nuestra propia finitud.